El Cruz Azul y la relación tóxica con sus jugadores

El Cruz Azul y la relación tóxica con sus jugadores

Seguramente te ha pasado que tenías a la persona ideal a tu lado, pero que no valoraste. Se fue y meses después la viste con alguien más. Lucía radiante y se veía que hacía muy feliz a su nueva pareja.

A Cruz Azul le sucede eso muy seguido. Llegan refuerzos con mucha calidad que no trascienden con el club, son traspasados a otro equipo y… ¡oh sorpresa! Se vuelven figuras.

Ángel Mena es el caso más reciente. El ecuatoriano tuvo un primer torneo ilusionante con la Máquina. Sin embargo, con la llegada de Pedro Caixinha al banquillo perdió protagonismo y lo obligó a buscar nuevos rumbos.

Ahora en León, Mena comienza a conquistar corazones con el buen futbol que maneja. Cuatro goles y cuatro asistencias en seis partidos del Clausura 2019 ya causan celos en los aficionados cementeros.

<< ¿Qué dejamos ir? ¿Qué hicimos mal? Se preguntarán en la parcialidad celeste >>


No es la primera vez. En 2015 arribó Fernando Belluschi con cartel de “jugador europeo”. Ni lo “pelaron” esos seis meses (jugó solo 467 minutos) y partió a San Lorenzo. Ahí retomó su mejor nivel, fue figura y hasta convocado a la Selección Argentina.

También con los amores que siempre estuvieron ahí ha sido ingrato el Cruz Azul. Por ejemplo, Néstor Araujo, canterano que no valoraron, lo prestaron y luego vendieron a Santos, en donde creció enormidades y fue campeón de liga dos veces con los Guerreros.

Hasta el ‘Chuletita’ Orozco triunfó y se coronó cuando salió de la institución. Y así podríamos seguir revisando a tantos “ex” de la Máquina que brillaron luego de dejar al equipo.

Así, antes de quejarse de su “relación tóxica”, piensen en Cruz Azul, no les vaya a pasar lo mismo.


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